Una vida de lucha hasta el final
Rafael Pillado no permite que la enfermedad apague el espíritu reivindicativo que siempre le ha acompañado. Quiere pasar el tiempo que le quede rodeado de su familia en la antigua casa de sus padres, con la tranquilidad de estar cerca del mar en Esmelle, pero sin desatender la lucha. A pesar de que el cansancio propio de la enfermedad cada vez se nota más, en los últimos meses participó en los actos reivindicativos por el 50 aniversario del 10 de marzo de 1972. Espera con ánimo el día de su juicio, previsto para septiembre, con el que pretende conseguir la mayor repercusión pública posible y sentar un precedente para que los que vengan después consigan las mejores condiciones posibles. Para seguir abriendo el camino y haciendo justicia por los que conviven con estas enfermedades y por los que ya no están.
“El cáncer me acorta la vida pero es algo que no me agobia. Seguiré trabajando por las personas que también están afectadas”.